Si tienes un Nissan de modelo reciente (Altima, Sentra, Rogue, etc.), es muy probable que esté equipado con una transmisión CVT. Esta tecnología ofrece una conducción suave y eficiente, pero también tiene una reputación de ser delicada y muy costosa de reparar si no se le da el mantenimiento adecuado. Aquí te explicamos por qué el servicio preventivo es tu mejor aliado.
¿Por Qué es tan Especial una Transmisión CVT?
A diferencia de una transmisión automática tradicional que tiene un número fijo de engranajes, una CVT funciona con un sistema de poleas y una banda de acero. Esto le permite tener una cantidad infinita de "cambios", manteniendo siempre el motor en su punto óptimo de revoluciones. Sin embargo, este diseño genera mucho calor y fricción, lo que degrada el fluido de la transmisión más rápido.
El Pecado Capital: Usar el Fluido Incorrecto
El fluido de una transmisión CVT es altamente especializado. No es un simple lubricante; es un componente de ingeniería diseñado para proteger la banda de acero y las poleas. Usar un fluido genérico o "compatible" en lugar del fluido original de Nissan es la causa número uno de fallas prematuras. Estos fluidos no originales no tienen los aditivos correctos, provocando deslizamientos, sobrecalentamiento y, eventualmente, la destrucción de la transmisión.
Filtros: Los Guardianes Silenciosos
El desgaste normal de la transmisión genera pequeñas partículas metálicas. Los filtros (tanto el interno como el externo) están ahí para atraparlas. Si un filtro se tapa, la presión del fluido cae y la lubricación se ve comprometida, lo que acelera el desgaste de manera exponencial.
Una reparación de transmisión CVT puede costar decenas de miles de pesos. Un mantenimiento preventivo con los componentes originales es una fracción de ese costo.