Estás en un semáforo y de repente sientes que tu auto tiembla o vibra más de lo normal. Las revoluciones en el tacómetro suben y bajan ligeramente. Este fenómeno, conocido como ralentí irregular, es un síntoma común de que algo en la mezcla de aire y combustible no está bien. Ignorarlo puede llevar a un mayor consumo de gasolina y problemas más serios a largo plazo.
Causa #1: Fugas de Vacío
El motor de tu auto funciona gracias a un delicado equilibrio de vacío. Múltiples mangueras y sellos mantienen este sistema hermético. Con el tiempo, estas mangueras de hule se resecan y agrietan, permitiendo que entre aire "extra" al motor. Este aire no medido por los sensores engaña a la computadora, que no sabe cómo ajustar la inyección de combustible, provocando el temblor.
Una fuga de vacío puede ser tan pequeña como la punta de un alfiler y aun así causar problemas. Son casi imposibles de encontrar a simple vista.
Causa #2: Cuerpo de Aceleración Sucio
El cuerpo de aceleración es la "boca" del motor; una mariposa que se abre y se cierra para dejar pasar el aire. En ralentí, esta mariposa está casi cerrada, dejando pasar solo una cantidad mínima de aire. Si se acumula carbón y suciedad en los bordes, el flujo de aire se vuelve irregular y la computadora tiene dificultades para mantener estables las revoluciones, causando el temblor.
¿Cómo se soluciona?
Afortunadamente, estos problemas tienen soluciones precisas y efectivas:
- Para las fugas, un diagnóstico con máquina de humo es la forma más rápida y certera de encontrar el punto exacto donde el aire está escapando.
- Para la suciedad, una limpieza profesional del cuerpo de aceleración seguida de una calibración electrónica restaura el flujo de aire correcto.